viernes, 10 de octubre de 2008

Odisea en la oficina de migración

La experiencia de ayer me ayudo a entender del todo, que significa eso de que en la India se toman las cosas con mucha tranquilidad. Se da por hecho de que los temas burocráticos y el papeleo, es pesado y tedioso en todas partes, pero lo de aquí raya lo surrealista.

El visado no es suficiente para residir aquí, sino que en los 14 días posteriores a la llegada es necesario acudir a la oficina de registros de extranjeros, para que te validen la visa y te den un permiso de residencia.

Cuando llegué a la oficina de marrás y ví la cola, recordé el consejo de Ester, otra profesora de español en mi centro, de que me llevara algún libro. Eran entonces las 12, y hasta las 13:30 no llegué hasta la funcionaria de turno, que me dió un número y un formulario a rellenar. O sea, aún tendría que esperar a que me llamase la siguiente funcionaria.

Antes de eso, tuvimos que esperar una media hora vacia, en la que absolutamente todos los funcionarios se fueron a comer. Aquí eso de hacer diferentes turnos no se lleva (bueno en España aún tiene más delito lo de la hora del bocadillo..es que la gente no desayuna nunca en su casa o qué??). Durante mi estoica espera conocí a un afgano que daba clases de español en Canadá, y está aquí pasando unos meses visitando a su familia. Me estuvo contando la situación de los afganos refugiados tras la guerra, y de como los funcionarios les exigian sobornos para poder dejarlos salir de nuevo de la India. Aquí, la Administración Pública, por lo que me contó, es una autentica vergüenza. No lo dudaba en absoluto.

Llegan las 14, y creo que hasta las 16 casi no me atendieron. Si, al fín llegó mi turno pero...oh, sorpresa!!..faltan papeles. Sí, tenía que hacer dos copias más del formulario anterior y volver. Me aguanté las ganas de saltarle un ojo del escupitajo (en el fondo, era la anterior funcionaria la que debía haberme informado de esto) y me fuí a hacer las copias, y de paso a recuperar agua, que aquí se pierde muy facilmente.

Regresé, y a eso de las 16:45, ya tenía mi permiso de residencia en mano. Por lo que me dice mi directora, debo sentirme afortunado de haberlo conseguido en un sólo día. Normalmente la tarea requiere mínimo dos días, siempre te exigen un papel que falta. Bueno, la verdad es que si lo comparó con mi experiencia en Lituania, tiene toda la razón. Allí tuve que ir unas 3 veces hasta que me dieron el permiso.

En fín, que aquí hace falta tomarse las cosas con paciencia y buen humor. O eso o el colapso.
Hala, una fotillo para adornar un poco tanto rollo:

2 comentarios:

polvora dijo...

madre mia que estres, yo cojo las maletas y me vuelto a hacer un cafe a España,seguro que llego antes, jejejejeje

paco grana dijo...

funciona mejor que México,ja,ja